HAMBRIENTA, DESNUDA, DESCALZA
Hambrienta, desnuda, descalza,
alimenta, abriga y sabe…dónde aprieta tu zapato.
Mendigo Real que al alma corona
con el pan de la palabra,
con el manto de tu sangre y un alado bálsamo
para el paso en llagas.
Ave que anida en los vacíos de la piel
y la piel se ilumina de cosquillas celestes
y teñida de violeta,
la sangre riega nidos de sonrisas detenidas, urgentes.
Ella… la Poesía.
Alguien, me llamará poeta, pero Ella
es quien me bautiza cada día,
cuando ambas nos bañamos en el agua de la Luz,
cuando la Luz nos rescata y nos regala
¡una estrella que tiembla, detrás de las palabras!