Autora: María Paula Mones Ruiz
1a. ed. El Bolsón; Rubén Baccá, 2024
ISBN 978-631-00-3636-6
Causa Impresión 2024
ALIANZA FRANCESA, CABA. 2024
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Constituye para mí un orgullo compartir esta mesa, nos convoca la presentación de “Conjugación de Poemas” un nuevo emprendimiento de nuestra querida poeta María Paula Mones Ruiz junto a las escritoras Gladys Abilar y María Amelia Díaz.
Un Poemario donde encontramos el reflejo de las cotidianas cuestiones que alumbran vivencias sensibles, sentidas y constituyen una creación en cada verso, en cada poesía.
Se encuentran formuladas con paisajes donde los vínculos familiares (entre otros) acompañan, referencian a la autora en una parte del poemario.
Encontramos además un destello de luz en la carnadura de los tiempos, el que observa desde una mirada profunda, serena, con la firmeza que la caracteriza y expresa.
Estamos en presencia de un libro significativo, hermosa combinación de afectos, sueños y nostalgias.
Entrega que exhibe un trabajo maduro e intenso y la consagra en su producción.
Bella aventura que, sin duda habrá de transcurrir en un recorrido amplio y sumará al abanico de propuestas de la comunidad literaria una voz intensa y renovada.
Norberto Barleand
CONJUGACIÓN DE POEMAS
Queridos amigos
Hoy celebramos el nacimiento de este libro que lleva por título “Conjugación de Poemas” de nuestra bienquerida María Paula Mones Ruiz.
Quiero decir lo que siento y lo que sé de esta consagrada poeta, acontecida mujer poema, mujer madre, mujer esposa, mujer amiga, mujer abuela, mujer infinita. La conocí en un encuentro de escritores en Montevideo, allá por… Luego, ya de regreso en el buquebús, ella tuvo frío y yo me quité mi abrigo y se lo coloqué. Apenas nos conocíamos. Un gesto premonitorio de lo que sería nuestra amistad. …
Abrigar, abrazar a otra persona es el inicio de algo que se despierta al afecto, al amor y así nació nuestra amistad. Con el tiempo, y en la medida que la iba conociendo, más se agigantaba la imagen de esta menuda y delicada mujer. No por ello carente de una enorme fuerza interior, carácter y decisión. Estaba llena de buenos contenidos, llena de virtudes, de talentos y sobre todo llena de amor. Bohonomía es el término que encontré y que describe a la perfección lo que ella es y cómo es.
“Conjugación de Poemas” nos invita a viajar a través de los rincones más íntimos del corazón y de la mente. Estamos ante un universo de palabras, una edificación de pensamientos, una constelación de emociones, y también un preludio de lo que cobija su alma.
Esperar de mí que sea objetiva no se los puedo prometer, pues la fuerza del cariño a veces nos saca de ese lugar, pero sé leer en ella mucho más de lo que estas páginas pueden decir. Lo más importante es que sus versos se defienden por sí mismos.
Dato original y creativo en este precioso libro, los poemas tienen una morfología propia, una silueta digamos, una “identidad”, de reloj de arena, manos, de ríos, de muñeca, de pirámide, de huso, de árbol, y de árbol de Navidad especialmente, hasta de pagoda me pareció alguno, y todo lo que el libre albedrío nos permita imaginar.
Cada verso es una ventana a la vida. Consecuente con la percepción de la autora que remite a tiempos de encierro, de pandemia, de revolución de recuerdos, de caminar el verbo y la palabra, encuentro un anclaje en este primer poema “Petición” para dar inicio al libro, cuyo acápite dice “No dejo de escribir, para no dejar de vivir”:
Poeta/ que vives y mueres/ en el fugaz y eterno instante/ de cada creación. / Que vives porque escribes/ y mueres para resucitar/ tantas veces como vivas/ en las voces que te lean./ Poeta/ respira en mí, tu parición/ para que no dejemos de vivir/ dentro y fuera/ del poema. (Pag 13)
Además, Paula tiene un modo de articular el verso que lo hace flexible y con cierta plasticidad, como rompiendo las reglas estáticas del lenguaje. Sus licencias poéticas son pequeñas obras de arte.
La poeta tiene la virtud de transformar lo cotidiano en sublime, de darle voz a lo inefable, de encontrar belleza en cada rincón de la existencia humana. En este poemario, la autora ha logrado capturar la esencia de la vida en su forma más pura y auténtica.
“Madre, somos tus palabras, cántanos”.
Ha tejido con su voz un tapiz de emociones, con las que nos sentimos abrigados, ella nos abriga, con su mirada, con su voz firme y sincera, con su palabra que nos cae con la precisión de una gota en el cántaro. Paula se detiene en la cotidianeidad, punto de partida de su existencia. Por eso es la dueña del abrazo Universal.
En “Lenguaje del abrazo” dice: “En verdad yo, el abrazo, soy talle único/ le quedo bien a todos/… Soy talle único porque no aprieto tiempo ni espacio/ porque soy instante eterno y no ocupo lugar./ Talle único, talle Tú/…Porque soy para todos… quien no lo crea que arroje el primer abrazo./ Verán qué bien les quedo.” (Pag 27)
La poesía de Paula nos lleva por caminos de introspección y descubrimiento. Nos habla del amor y la pérdida, de la esperanza y la desesperación, de la alegría y el dolor. Nos recuerda que somos humanos, vulnerables e infinitamente capaces de encontrar belleza en nuestros tormentos, en nuestra fragilidad. Es decir, somos capaces de sublimarnos.
“Conjugación de Poemas” es un testimonio del poder transformador de la poesía. Mientras lo leemos descubrimos que en cada palabra puede haber un universo, en cada verso una vida, y en cada poema, una escena familiar. ¿Qué mejor la representa a la autora? El amor gestado en ese núcleo vital. Celebración de la existencia. La familia es su núcleo vital.
Desde su propio telar de hilos invisibles Paula se puso a hilar amorosuras, como esta:
“Mariposa de luz” (a Roberto):
Sé de tu mano que custodia cada noche
El lenguaje del giro de mi cuerpo.
….
Tenemos una mariposa de luz en cada párpado/ si acaso la vida/ si acaso la muerte/ olvidara nacernos”.
A través de la mirada de la poeta, descubrimos la belleza en lo cotidiano, la grandeza en los pequeños gestos y la eternidad en los instantes vividos. Las pérdidas afectivas han dejado huellas imperecederas, no sólo de sus seres queridos sino también de su mascota Iud. Cuyo dolor ha calado tan hondo que pudo sublimar en ésta expresión.
“Si no hubieras sido tan perro/ hoy yo no sería mejor alma.”
(Pag 37)
Me pregunto, ¿cómo superar estas palabras?
La poesía se convierte en el lenguaje universal que da voz a lo que muchas veces no podemos expresar con palabras simples, aunque Paula con simples palabras lo dice todo. La vida, la muerte, el sueño, asiduos visitantes en la cotidianeidad de la autora, se corporizan y bailan una danza que ella sabe interpretar.
“Segismunda”: “…Vida, muerte, sueño/ en inexplorada oscuridad/ amortajada de poemas/ en lo alto de la vida/ murió sin darse cuenta/ que moría por soñar.” (Pag 50)
“Conjugación de Poemas” es un tributo a los sentires más hondos y a los vínculos inquebrantables que nos unen a nuestros seres queridos.
Hay amores que no se parecen a nada ni a nadie, sólo a ellos mismos, sino escuchen esto inspirada en su nieto pequeño: Y fue cuando Paula se puso a tejer ternuras:
Juan Sol:… Sólo ella tiene insolaciones de amor –dice-/ cada vez que piensa en mí. Cuando me llama por mi nombre/ salta la quinta nota hacia su cara/ y todo lo que mira centellea/ y están listos los brazos ahuecados/ para upa, cantabesos, cantananas./ Mi abuela derretida se insola, se ahoga, se brilla./ Hasta dice que el sol se llama como yo./ Mi abuela, dorada de mí/ camina por mis rayos en sus sueños/ al amanecer siempre me ve, y en vez de buen día dice “ajó”. (Pag 62)
Cada poema actúa como un verbo conjugado en las distintas formas del amor y la emoción. Aquí, la poesía sensible se manifiesta en la calidez de los recuerdos y en la fortaleza de los lazos que la sostienen. Sus versos son un reflejo de la vida misma, vista a través del prisma de su alma de poeta. Y ella, la hacedora, se desnuda en cada intento de volverse poema. Al mismo tiempo, y sin darle tregua alguna, el duelo y la nostalgia, los vivos y los muertos, como una metáfora de la vida y de la muerte que a ella la desvela, nace este poema y se pregunta: “¿Qué ocurrirá primero”. ¿Olvidaré un día la palabra, / dejaré de escribir sin darme cuenta?/ Si así ocurriera/ ahogaría el feliz proceso de su búsqueda,/ el rumbo del asombro al encontrarla./ Y si la palabra fuera quien me olvide/ cómo volver a ser vagido. Decirle/ que soy aquel latir y que era ella/ quien por un instante me paría poeta?” (Pag 73)
Este libro bien podría titularse Oda a la resiliencia, a la capacidad humana de encontrar luz en los momentos de oscuridad. Rainer María Rilke dice “convierte tu muro en un peldaño”. No dudo de que nuestra querida poeta ha estado construyendo toda su existencia, peldaño a peldaño y con todo su bagaje de recursos, tan humanos, tan femeninos.
Paula, de tanto transitar el poema te han crecido versos como callos:
“Sangraba lunas, la mano. Anoche/ cicatrizó en poemas./ Señal de vida./ Señal de parto.”
(Y así va la poeta por la vida, sorteando pérdidas, celebrando nacimientos, vitoreando reencuentros. En definitiva, es su modo más genuino de honrar la vida).
¡FELICITACIONES PAULITA!
Gladys Abilar
Buenos Aires, 7 de agosto de 2024
SOBRE “CONJUGACIÓN DE POEMAS”
Antes de adentrarme en el análisis de esta nueva obra de María Paula Mones Ruiz debo advertir ante todo que sus poemas son un lago donde uno se mete para bañarse en ternura, y no se sale igual, uno no se sacude las gotas, ni se pasa una toalla, porque quiere quedarse así, húmeda de cariño. Sí, estos poemas se deben leer en clave de ternura.
Tapa Una crujiente y otoñal hoja de arce sicomoro. Además de ser el emblema nacional de Canadá, a lo largo de la historia, la hoja de arce representa el equilibrio, la ofrenda, la promesa, la longevidad, la generosidad y la inteligencia. Estos significados se han atribuido a los arces debido a su capacidad de crecer y prosperar en diferentes tipos de suelos y climas. En la cultura coreana, el arce sicomoro se asocia con el amor, ya que sus hojas en forma de corazón lo simbolizan.
Tïtulo Conjugación de poemas Conjugación, según el diccionario de la RAE es la acción y efecto de conjugar. Conjugar viene del latín conjugare: y significa juntar varias cosas entre sí, con: todo, junto + iugum: yugo que es el palo que sirve para unir a los dos bueyes. Aquí no hay bueyes, aquí hay poemas y los poemas están uncidos, están conjugados al decir de la autora dentro de este libro.
Ahora sí vamos a abrirlo
Lo primero que descubrimos es la dedicatoria: la Familia, los Amigos, la Palabra, el todo uncido, y un prefacio dedicado a los Queridos lectores, donde la autora, y por eso es prefacio y no prólogo, explica los motivos que la llevaron a escribir este libro:” “Recuerdos recientes y antiguos, tan lejanos y cercanos simultáneamente” “como no podía ser de otra manera, los poetas revisamos papeles, encontramos poemas inconclusos, poemas dormidos poemas huérfanos o casi muertos”. Uncidos así que ya sabemos de primera mano, el origen.
Sabremos también que los poemas fueron concebidos entre 2010 y 2023, tremendo período que incluyó la pandemia, por lo que deducimos que muchos fueron escritos en aislamiento, lejos afectos de familia y amigos pero en este ”camino de no ser a ser” como se lo nombra, hay un mundo que vive y respira en las palabra, que se construyó con cercanías, el mundo que rodea a la voz poética y la orbita. Nada está fuera de eso, recuerdos y vivencias se entretejen y se ligan, se conjugan con los afectos en una ternura que sobrevuela y envuelve toda la obra.
Aún más, veremos que la obra está dividida en siete partes (siete es un número sagrado que simboliza la totalidad, el todo conjugado) y cada una de esas partes tiene unea temática bastante definida.
“No dejo de escribir para no dejar de vivir” es el epígrafe de Marcos Silber que encabeza la primera parte que tiene la peculiaridad de contener la palabra “poema” en cada uno de los poemas, valga la redundancia, que la componen, un “lenguaje de abrazo” es el genitivo que emplea la autora quien va a declarar: “Yo soy /poema/pacto con la vida/morada”. Y es la poeta, la voz poética femenina y paridora, la voz morada, quien reclama para sí el reconocimiento de su maternidad, Y esto es un hermoso hallazgo porque siempre hemos oído de la paternidad ejercida sobre la obra, aquí en estos versos escritos en primera persona, se reclama que para construirse las palabras respondan “Madre/ somos tus palabras/cántanos” sólo así se podrá comenzar a crear, criar ver crecer la obra.
En la segunda parte aparece “la Capitana” metáfora que nombre la muerte, no olvidemos que la autora nos señaló que transcurre aquí la pandemia, la pandemia se asocia a la muerte y la muerte asocia por extensión a la desaparición de los seres queridos
“Cuando decimos “hasta pronto “no sospechamos qué tan cerca está la sombra tripulante del definitivo adiós”. Así dice el poema dedicado a Ernesto Goldar, ideólogo del sobrenombre “Capitana”. A este poema le siguen en conjugación otros dedicados a Marta de París, Marcos Silber, una amiga llamada Andrea, un hermano, Olga Ferrari, pero su ausencia, la ausencia de ellos es una presencia que camina esta tierra de palabras donde el adjetivo “calentita” aporta la ternura:
“Ellos se saludan, se reencuentran/se acomodan/porque siempre hay un lugar listo/en esta casa roja,/
calentita/para ellos/ mis muertos” Porque no se trata de muertos cualquiera, y la casa a la que se convoca, el albergue, el mecanismo de defensa contra el dolor es el poema, como se lo llama, porque es “recurso pandémico para soñarnos vivos o muertos /aunque sea”. Y hay un lenguaje del abrazo, “un abrazo de oso” en cada página de este poemario que como ya dije, nos baña con ternura.
Ternura que se prolonga, porque en la tercera parte hay tanto amor para dar que no se detiene en la especie humana, rebalsa, y hay un perro tan perro, que creo los simboliza a todos, que deja la huella de sus patas en las palabras “Por instinto/escarbo en la memoria aquel día en que llegaste a casa,/casa con olor a duelo/ crudo,/previsible desahogo en las caricias,/pañuelo peludo, calor de animal cachorro”.
La cuarta parte se inicia con un poema bellísimo que no voy a leer en su totalidad pero permítaseme citar estos versos “A veces una mano de viento/acaricia la espalda/y todo vuelve a su lugar. /Todo/excepto la elección/del camino a seguir/cuando los ojos/quedan dentro”. Por eso es inicial el ZOOM de las hamacas, aquí la palabra zoom podría referirse al sonido que hacen los columpios, pero también, y justamente asociado al tiempo de pandemia, a la conocida plataforma que nos permitió comunicarnos, estar uncidos. Pero miren qué interesante, aquí la voz poética asumida también utiliza este recurso para comunicarse con otras Paulas, las de la infancia:
“Y retorna la envión (minutero del aire) /agigantado impacto a punto de abrazar/toda la plaza, todos los árboles,/toda la infancia”.
El zoom no se detiene y aparece el poema dedicado a Roberto
“Sé de tu mano que custodia cada noche/el lenguaje del giro de mi cuerpo”.
Y se continúa con “Canas frente a frente”
“Canas frente a frente/brillaron por nuestra presencia. /La aceptación fue camino/cedió el paso/y mostró el rumbo/para comenzar otro día”…
Y como la ternura es tanta, pero tanta, aparece la “abuela cibernética “de la quinta parte, desplegada en cuatro poemas dedicados a los nietos: “Los nietos nos dan una vuelta de página a la vida”. Y las palabras no se detienen ahí, en la sexta parte y bajo el epígrafe de Mahatma Gandhi “La pobreza es la peor forma de violencia” surgen los poemas que dan acogida a los que la padecen
“Niño ángel solo aguardas/ una moneda sin cara”
“… porque la ropa no se seca y hace frío/ en la casacalle/porque no hay pan para mojar/en el jugo del día”
La voz poética se apiada, se adelgaza, susurra por ellos, los que …”repiten su cantohambre cada día” (hermoso hallazgo la palabra compuesta cantohambre verdad? Es un recurso que van a encontrar asiduamente cuando lean la obra. Así como hay valor poético agregado en el uso de otros recursos estilísticos: las personificaciones: ”cantan las tostadas”, “la poesía no duerme, no descansa” Las metáforas “La voz de la página blanca”.“un pocillo de aire fresco”. El uso original de los genitivos: “bocado de luz”, “tejido de soles”.
Y llegamos al final. Como corolario la séptima y última parte está compuesta por un solo poema de tono reflexivo donde la voz poética, precedida por un epígrafe de Rubén Vela, da curso al planteo ¿Olvidaré un día la palabra? Y si la palabra fuera quien me olvide ¿Qué ocurrirá primero?, el desenlace lo revelarán cuando tengan el libro entre sus manos. ¡Felicitaciones Paula! ¡Bienvenido “Conjugación de poemas”!
María Amelia Díaz
Buenos Aires, 7 de agosto de 2024
PALABRAS DE AGRADECIMIENTO
AL Sr. Director de la Alianza Francesa, Sr. Walter Farías y secretarias, por su atención en las tratativas previas para realizar este acto.
A mis varones favoritos mi esposo Roberto y nuestros hijos Rubén, Andrés y Eduardo, nuestros nietos Juan Ignacio, Luciano, Juan Sol y Milo. A mis queridas nueras Viviana, Sole, Priscila, Paula.
A Rubén Baccá, por la bella edición desde El Bolsón, para este poemario, por la experiencia de las emociones por compartir de la mano, la luz de la escritura.
A quienes acompañaron con su generosa palabra, el nacimiento de este libro: los escritores Antonio Requeni, Gladys Abilar, María Amelia Díaz, Norberto Barleand y el cierre musical en la voz de la poeta e intérprete, Elisabeth Luna Dávila.
A mis amigas y amigos de la vida y amigos, poetas y no poetas con su mayor exponente: la Amistad y la Palabra.
A mis compañeros del Grupo Literario de nuestra siempre presente Marta de Paris, integrado por Graciela Bucci, quien no se encuentra en Bs As pero sé que celebra este acto, David Sorbille, Mabel Fontau. A la Biblioteca Popular Marta Elgul de Paris desde su directora María de los Ángeles Soto y Comisión Directiva por su labor constante honrando los objetivos de su fundadora. A Moni Munilla, directora de la filial del GLMP en Corrientes Capital.
Y COMO FINALIZA EL IMPRESO EN LA DEDICATORIA DE ESTE LIBRO: mi gratitud a la PALABRA, principal anfitriona de este acto que a todos nos hermana. ABRAZO.
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