Tengo la urgencia
De ahuecar las piernas de mi mano caminante
pujar azules y parir la palabra que ilumine la ceguera
de la esencia humana.
Estoy jadeando tinieblas y nubes
tras las rejas de los ojos de la piel.
Estoy sangrando…Sangro
porque el obstetra de mis soleadas lunas
la bautizó llamándola Indiferencia,
sin anestesia, sin culpas. Sangro
porque la metáfora partera me dejó aquí sola
pujando sobre el blanco, sin azules…
Cada pujo un silencio, cada silencio un rojo fantasma
De palabras sangrientas enturbiando el aire, asfixiando realidades.
Bastones blancos y nevados
Se toman de mi mano parturienta y nula,
Derriten mi sangre, congelan el parto.
Y yo…
¡yo parto hacia la búsqueda!