Solfeos de la piel
Presentación en 8va. Feria del libro
Mar del Plata, Puerto de lectura, 2012.
Por Marta de Paris

La poeta María Paula Mones Ruiz nació en Buenos Aires y es autora de las siguientes obras editadas:Piedra, papel o poema. 2004;Calle Blanca, 2006; La clave, 2008, (nouvelle);Poemas para la miopía y otras visiones, 2009, yAvepoesía, 2010, libro que mereció la Faja de Honor de la SADE, 2011.
Hoy tenemos el placer de presentarSolfeos de la piel, su último poemario (antología personal y poemas inéditos).
Tres líneas de fuerza en lo sustancial sostienen su estructura argumental y artística:  1). La identidad, mediante la propia imagen con toda la vida puesta y el alma entera.  2). La ternura, asumida como base primigenia desde la memoria afectiva, y el íntimo temblor del sentimiento.  3) Los asuntos de índole social donde la denuncia encuentra afortunada y bellísima expresión lingüística.
1-La identidad hecha de esencias. Desde el título la autora plantea la necesidad de poetizar . “A veces la piel”, en límpido solfeo, pide “espiar al esqueleto”, y jugar con él, llenando los tremendos vacíos solo con “Lo esencial”, produciendo el todo. Al respecto merecen  nuestra atención dichos poemas, en cuanto  reflejan el ser espiritual y físico de María Paula.
Iluminada por “cosquillas celestes” y vestida con lo mínimo, la poesía  y la artista se bañan cada día en el agua de la luz “de eternidades nómades”. Extremadamente sensible  considera el lirismo como “fiebre sagrada”,  y articula  el valor del ardimiento con el ritmo de su vida anímica. En una suerte de agonismo superconsciente, la realidad no tiene que evadirse, pero tampoco la esperanza y la belleza.
Escuchemos la voz de la poeta en los poemas mencionados.

2-El reino de la ternura. Asumir la ternura es sentir y mirarlo todo. Desde este sagrado espacio María Paula compone el conmovedor poema titulado “Hijo”. Adopta el tono de la confidencia y su emoción arraiga en la entraña universal. Su discurso se vuelve arte, y el arte vida plena.  Entonces,  los grandes vacíos aparecen repletos  de sueños  y armonías, “como panecillos tiernos para el alma” y, el infinito amor, “regando la vida”, en un mundo en el que por arte de magia, todo es posible a través de la palabra.
A nivel de contenido la pieza titulada “Un comensal llamado silencio” completa el cuadro donde aún lo doloroso se tiñe de ternura.
Invito a compartir este rico valor humano escuchando a la autora.

3-La temática de índole social encuentra afortunada expresión  de manera sutil y prodigiosa. Aluden los poemas, a la sensibilidad capaz de  aprehender los fenómenos y sucesos en la época en que se vive. Es que la realidad, aun con toda su miseria, no ha matado la esperanza. Acorde con esta premisa,  la poeta crea “La M de mamá” donde expresa la piedad y la denuncia en un estilo llano, directo, transparente.
Amiga de lo conceptual y de lo críptico nuestra sensible artista rechaza las burdas prácticas en la sociedad actual.  Frente a  hechos reales que le impactan,  ejerce una forma de rebeldía y la expresa cuando espontáneamente grita: “Ya basta”. Ataviada con valores éticos  se compromete y repite: “Ya basta de hambre, ya basta de balidos, ya basta de cosquillas sin risa, ya  basta…de corderos niños”.
Su actitud estética y vital,  el empleo de una técnica adecuada al trabajo en los otros y con los otros, podrían englobarse en la corriente de la literatura posmoderna en su etapa evolutiva del siglo XXI.
Al margen de toda circunstancia privada, su amor fraternal recurre a un lenguaje que rige los movimientos de su don poético, el que disipa sombras en un estado de iluminación permanente, y esa refulgencia que produce todo acto de creatividad.
Escuchemos la voz de María Paula. (Leer “La M de mamá” y eventualmente “Lágrimas en fuga”)

 Feria del libro Mar del Plata, 19 de noviembre de 2012.